En México cada vez se retrasa más la edad en que la mujer decide ser madre. Cuestiones profesionales, personales, socio-económicas, de perspectivas de vida, etc., hace que la mujer mexicana vea el horizonte de la maternidad cada vez más lejos. Aquellas que toman la decisión de tener hijos suelen hacerlo más cerca de los 40 que de los 30.
Esta realidad social contrasta con la biología reproductiva de la mujer cuya fertilidad disminuye con la edad, siendo un factor clave en las probabilidades de éxito para quedar embarazada.
En este sentido es importante señalar que la mujer nace con un determinado número de ovocitos que van disminuyendo antes de la pubertad. Tras la menarquia (primera regla) hasta la menopausia, la mujer pierde en cada ciclo menstrual unos 1.000 óvulos de su reserva ovárica. Una pérdida que no es lineal sino exponencial, por ello llegada la edad de los 35 años se produce una disminución muy significativa de la reserva ovárica que puede rondar el 10% del total. A partir de esta edad, los ovocitos no solo son más escasos sino que van disminuyendo también su calidad, lo que supone una disminución importante de la fertilidad y de las probabilidades de lograr un embarazo.
El periodo de mayor fertilidad de la mujer se encuentra entre los 16 y los 30 años, a partir de esta edad la reserva ovárica va disminuyendo. Por esta razón los profesionales de la reproducción asistida aconsejan que la edad ideal para preservar la fertilidad de la mujer sea entre los 25 y los 35 años, edad en que las tasas de éxito en reproducción asistida son mayores.
El método de la congelación de óvulos fue concebido inicialmente como tratamiento para preservar la fertilidad de aquellas mujeres que iban a someterse a procesos médicos (cirugía de ovarios, cáncer…) que podían poner en riesgo su fertilidad para el futuro. Sin embargo, el retraso de la maternidad hace que este método para preservar la fertilidad se haya extendido hacia aquellas mujeres que deciden posponer su maternidad para un futuro.
Actualmente existen dos técnicas de congelación de óvulos, la congelación y la vitrificación. Ambas permiten mantener a muy bajas temperaturas los óvulos, embriones o espermatozoides para su uso posterior.
La congelación era la técnica utilizada inicialmente en reproducción asistida. Una técnica con buenos resultados en la congelación de espermatozoides pero que, en el caso de los óvulos o embriones, no ofrecía suficientes garantías ya que por su tamaño no se mantenían intactos y en el proceso de descongelación se producían daños que afectaban a su calidad.
En el caso de la vitrificación, una técnica más avanzada, la congelación se hace de manera ultrarrápida, lo que permite que óvulos y embriones se mantengan intactos y no se produzcan daños ni en su congelación ni en su descongelación. Garantizando una tasa de supervivencia del 80%.
El proceso de vitrificación se inicia con un tratamiento de estimulación ovárica, tras la cuál se producirá la punción y extracción de ovocitos. Una vez obtenidos los óvulos o los embriones (en caso de que se decida congelar óvulos fecundados) se preparan con una solución crioprotectora para ser congelados y almacenados en el laboratorio, sumergidos en nitrógeno líquido a unos -196ºC hasta que la mujer decida utilizarlos.
Una vez que la mujer elige el momento de ser madre, deberá prepararse para la recepción de los óvulos fecundados, estos serán descongelados y fecundados para luego ser depositados en el útero e iniciar el proceso de gestación.
Las razones por las que una mujer decide congelar sus óvulos es para preservar su fertilidad. El tratamiento está indicado especialmente en las pacientes que:
- Quieren posponer su maternidad y deciden congelar sus óvulos cuándo tienen la edad optima para ello.
- Mujeres que tienen baja reserva ovárica, que acuden a la fecundación in vitro para aumentar las posibilidades de embarazo y vitrifican los óvulos producidos en los ciclos de estimulación que están realizando.
- Recomendado también a pacientes oncológicas o pacientes que van a someterse a algún tratamiento médico que puede comprometer su fertilidad.
- En mujeres que va a sufrir una extirpación de ovario, sufren endometriosis, etc.