¿En que consiste esta técnica?

Desarrollada por la clínica IVI Bilbao, esta técnica de fecundación natural Ane Vivo permite la fecundación y el desarrollo temprano del embrión en el útero materno en lugar de “in vitro”.

La técnica consiste en la introducción dentro del útero de la mujer, de un dispositivo poroso al que previamente se le ha introducido óvulos y espermatozoides para dar lugar a la fecundación. Transcurrido un tiempo, el dispositivo es retirado y se procede a su análisis para la selección de los mejores embriones. Aquellos que sean los óptimos se volverán a introducir de nuevo en el útero materno para su desarrollo.

Esta tecnología hace posible que este dispositivo intrauterino poroso permita el paso libre de circulación de fluidos, nutrientes y otros componente biológicos celulares y no celulares. Lo que facilita la interacción desde el primer momento entre los embriones y el entorno materno.

¿Qué ventajas presenta?

Según explica Marcos Ferrando, director médico de esta clínica “este método permite que el embrión sea fecundado y se desarrolle desde las primeras horas en su medio natural y en las mimas condiciones de luz, temperatura y nutrientes que tendría si hubiera sido concebido de manera natural.

Otra ventaja es que, desde el punto de vista psicológico, se logra la mujer experimente de forma más natura el proceso de reproducción asistida.

En cuanto al embarazo, la mujer puede hacer una vida completamente normal.

En realidad lo  que viene a aportar está técnica es una mejora de lo que ocurre en la segunda fase de un tratamiento típico de reproducción asistida, cuándo se produce la fecundación y el posterior desarrollo del embrión. Lo que no cambia es la primera parte, que sería el tratamiento hormonal para la estimulación ovárica y la extracción de los óvulos más óptimos para poder ser fecundados.  

Según el director médico “es una técnica novedosa que está empezando a usarse por lo que hay pocos resultados aún. Si que estamos realizando estudios para determinar las ventajas”. Afirma también que las tasas de éxito con esta técnica son mayores que con el tratamiento “invitro” convencional. Aunque es pronto para afirmarlo.